jueves, 16 de mayo de 2013

AL- ANDALUS. INTRODUCCIÓN

AL- ÁNDALUS

Al-Ándalus es como se conoce el territorio de la Península Ibérica que estuvo bajo el poder musulmán durante la Edad Media.
Fue un período largo, de siete siglos (711-1492), muy convulso y muy importante para la conformación de la España actual. Además, hoy en día todavía quedan muchísimos vestigios de la ocupación musulmana en la Península, aunque especialmente en el sur.
La etimología de “Al-Ándalus” todavía sigue siendo muy discutida. Las hipótesis más importantes dicen que el nombre viene de la palabra visigoda “Landahlauts”; otra argumenta que el nombre viene derivado de la palabra “Atlántico” o “Atlas”, haciendo referencia o bien al océano o a la cordillera del norte de África.

En esta entrada vamos a hacer un breve repaso introductorio a lo largo de todos estos años de ocupación musulmana.

711 → Tiene lugar la ocupación – se prefiere este término a “conquista” ya que realmente no fue una conquista , si no más bien una ocupación que apenas tuvo resistencia armada por parte de los cristianos de la península – . También hay que añadir que la ocupación fue protagonizada por los bereberes del norte de África y no por árabes.

711 – 756 → PERÍODO DE GOBERNADORES
Durante este período Al-Ándalus pertenece al Imperio Árabe de la dinastía Omeya. Está gobernada por diferentes gobernadores dependientes de Damasco, en ese momento capital del imperio.

756 – 929 → EMIRATO OMEYA
En 750, el imperio pasa a la dinastía Abbasí y la capital se traslada a Bagdad. Abd al-Ramán I, perteneciente a la dinastía Omeya y perseguido por los Abbasíes huye desde Damasco a la Península Ibérica. Allí, cuenta con apoyo militar y político y se autoproclama emir.

929 – 1031 → CALIFATO OMEYA
Desde el inicio del emirato se suceden varios emires hasta que en 912 sube al poder Add al-Ramán III, que se autoproclama califa. En ese momento Al-Ándalus, con capital en Córdoba, se convierte en una potencia frente a los Abbasíes y los Fatimíes.



Es el momento de esplendor de Al-Ándalus. Tiene lugar la construcción de la mezquita de Córdoba; la ciudad se convierte en referente cultural, comercial y político.

A principios del siglo XI, tiene lugar una guerra civil entre la dinastía Omeya y la dinastía Almanzor por el poder. Tras esta guerra hay un período anárquico en el que se suceden catorce califas y que termina con la disolución del califato.

1031- 0190 → REINOS DE TAIFAS
A partir de 1031 se decreta que las provincias de Al-Ándalus pasan a organizarse por sí solas de manera independiente, se crean así los reinos de Taifas. Los gobernantes de las provincias más poderosas buscan imitar a los califas e incluso algunas provincias acuñan su propia moneda.
Las provincias más importantes son Sevilla, Badajoz, Toledo, Zaragoza.

Finalmente, los reinos de Taifas recurren a los bereberes del norte de África para defenderse de los cristianos. Estos bereberes se quedan en la península y acaban conquistando los reinos de Taifas.

1090 – 1145 → ALMORÁVIDES
1145 – 1232 → ALMOHADES
Con los Almorávides y Almohades tienen lugar una vuelta al origen del Islam, ya que estos creen que se había degradado. Primero, ostentan el poder los Almorávides pero poco después son conquistados por los Almohades, que asientan la capital de Al-Ándalus en la actual Sevilla. Durante este periodo tiene lugar la construcción de la Torre del Oro y la Giralda de Sevilla.
Mientras tanto, los cristianos siguen avanzando por el norte. Al final del siglo XIII solo queda en poder musulmán el Reino de Granada.

1232 -1492 → REINO NAZARÍ DE GRANADA

Este emirato independiente, más conocido como reino de Granada, es el último resquicio musulmán en la península. Fundado por Muhammad Ibn Nasr, ocupaba las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. Supuso una breve época de esplendor antes de la decadencia total musulmana y nos ha dejado maravillas como la Alhambra.
 
La caída definitiva de este reino tuvo lugar el 2 de enero de 1492 a manos de los Reyes Católicos. Dice la leyenda, que el último emir, Boabdil el Chico, lloraba a su salida de Granada cuando su madre, la sultana Aisha, le dijo: “No llores como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”. 
 

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