AL-ANDALUS
III. EL EMIRATO OMEYA INDEPENDIENTE
Con la
proclamación del Emirato existió por primera en la historia del
mundo islámico una entidad organizada de forma completamente
independiente del conjunto principal de los musulmanes. No existía
ningún poder sobre el de Abd al-Rahman.
El
principal problema que tuvo que afrontar Abd al-Rahman, así como sus
sucesores, fue la gran diversidad racial y cultural. En el primer
lugar de la escala social se encontraban los árabes, que se dividían
en los árabes de la primera oleada o antiguos colonos, y los
llegados posteriormente, denominados sirios. En segundo lugar,
estaban los beréberes, que era el grupo más numeroso aunque eran
considerados por los árabes como inferiores. Otro grupo muy numeroso
era los pobladores nativos convertidos o musalim. El motivo de
conversión o aceptación entre la población española fue que el
islamismo se asoció con una civilización superior. El otro sector
importante de la población son los cristianos que conservaron su
religión, o mozárabes, y los judíos.
Estas
diferencias raciales dieron lugar a multitud de rebeliones y
levantamientos. Debido a que el servicio militar obligatorio había
sido eliminado, Abd al-Rahman creó un ejército profesional,
compuesto sobre todo de esclavos. De esta forma, los omeyas lograron
unificar todo el conjunto mediante la identificación de su causa con
la del islam.
Sin
embargo, a la muerte de Abd al-Rahman se hizo evidente la fragilidad
de la estructura del gobierno. Crecieron los descontentos y las
revueltas en las zonas fronterizas, las marcas, pequeños estados
semiindependientes. Una de las figuras destacadas fue Umar Ibn Hafsun
que, con una partida de rebeldes, tomó el castillo de Bobastro.
Ruinas del castillo de Bobastro (Málaga)
Un
hecho fundamental de este período es el entrelazamiento de la
cristiandad y el islam. Familias árabes crearon vínculos de sangre
y matrimoniales con familias cristianas del norte de la Península.
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